Este antiguo castillo, situado en un enclave estratégico sobre el río Alberche, es de traza mudéjar y fue residencia de don Álvaro de Luna, condestable de castilla durante el reinado de Juan II. Posteriormente pasó a ser posesión del Marqués de Villena, quien lo convirtió en uno de los castillos más ricos de España. Su perímetro de más de 400 metros lo hacían uno de los más extensos de la España medieval. La imagen que encontramos hoy en día del mismo se debe a los daños que sufrió durante la Guerra de la Independencia en el siglo XIX.